La senda a orillas del río Dobra que lleva a la famosa Olla de San Vicente es una de las más frecuentadas de la región. El trayecto es breve, apto para todo tipo de personas, y transcurre en el último tramo del río. En sí mismo es un espectáculo, porque pocas aguas son tan cristalinas ya que no se encuentra ningún asentamiento humano y al final del paseo nos encontramos con una gran poza natural de un color verde espectacular y de hasta 5 metros de profundidad que no deja indiferente a nadie
Este impresionante recorrido, que se inicia en el pueblo de La Molina, discurre por la senda del río Casaño, afluente del Cares. Atravesando un puente romano y siguiendo el curso del río, que es utilizado para la iniciación al descenso de cañones, podemos seguir el camino pedregoso entre castaños centenarios, paredes verticales de piedra y pequeñas playas fluviales entre pozas, que confieren a esta ruta una apariencia irreal, que parece sacada de un cuento.
Es un paseo cómodo que se puede llevar a cabo por todos, incluidos los más pequeños, por lo que le hace ideal para un buen plan familiar